miércoles, 6 de junio de 2012

Titinger, observador de oficio ('Cholos contra el mundo')


Por Raúl Ortiz – Mory

Está pero prefiere no ser visto o, en el peor de los casos, pasar desapercibido. La observación es su vocación. Y la escritura su tortura. Cuando tiene que entrevistar deja hablar a su interlocutor, mientras mide sus movimientos, estudia sus gestos y analiza sus reacciones. A veces no le importa lo que diga, más trascendente es cómo lo dice. Daniel Titinger es un cronista con propensión al fisgoneo crónico.

Con su nuevo libro, ‘Cholos contra el mundo’, ofrece un mirada particular sobre temas peruanos que exacerban el ánimo chauvinista de muchos compatriotas, como la crónica sobre el Huáscar – el buque de guerra más famoso de la historia militar peruana, ahora en poder de Chile –, o el perfil de Kina Malpartida – la campeona mundial de boxeo –. La mirada de Titinger está desprendida de lugares comunes y lo último que busca es afianzar el sentimiento nacionalista, tal como sucedió con su primer libro de crónicas y perfiles ‘Dios peruano’.

En el texto referido al Huáscar, Titinger recoge versiones de personajes peruanos y chilenos equilibrando opiniones, sin tomar partido alguno. La escena inicial en que narra la conversación entre un niño chileno y su padre ejemplifica la vocación de observador del cronista y justifica la elección del acto para abrir su artículo. Quizá el azar - o la intuición - lo puso en esa situación.  Al terminar la lectura, Titinger parece dejar en el aire un halo de indiferencia hacia el pasado violento de la guerra y una interrogante de por qué un objeto es la herida perpetua de un conflicto que nadie, en la actualdad, ha vivido, y que sigue siendo alimentado por los libros de historia.

En el caso de Kina Malpartida, el autor no se desvía de la misión de captar detalles que dibujan la personalidad de la boxeadora. Su mirada - en este caso más comtenplativa – sirve como un catalizador que interpreta aspectos desconocidos de Kina. Quizá después de leer este perfil se entiendan algunas de las acciones inesperadas de la campeona y sus más recientes conflictos mediáticos. En cuanto al estilo, las escenas y las descripciones son de las mejores que hay en los seis textos que integran el libro.      

La obsesión por la investigación es otro de los rasgos que define a Titinger. Si él pudiera seguiría averiguando todo el tiempo hasta agotar las múltiples fuentes posibles - y nunca se sentaría a escribir, como él mismo cuenta. También ha dicho que solo se conoce a alguien cuando puedes responder todas las preguntas sobre su vida. Eso le pasó con el perfil de Martín Adán. Recopiló abundante información, se metió en la piel del poeta a través de sus textos, entrevistó a expertos de la obra del escritor, conversó con  familiares del fallecido vate, y aún así el aura fantasmal de Adán seguía rondando por su trabajo.

En su texto se percibe el detallado trabajo sobre la vida del poeta, pero no deja de sentirse una sensación de retorno hacia un punto de partida: el malditismo de Adán es mito y realidad, una historia que es difícil de contar sin caer en la tentación de creer en los rumores de quienes lo conocieron. En un párrafo de este perfil Titinger dice:

Terminé la investigación sobre Martín Adán un día cualquiera, a los cuatro meses de haberla empezado. Hablé con mucha gente, leí muchos libros, hice lo que tenía que hacer y me quedé con una abrumadora sensación de infinito, de no haber terminado. Podría investigar sobre Martín Adán veinte años más, como Luis Vargas Durand, y seguir, como él, con muchas preguntas. Nada es exacto en la vida del poeta. Su homosexualidad puede ser parte de la leyenda. Todo puede ser parte de la leyenda. Entonces, ¿qué hacen un biógrafo, un periodista? Tratan de navegar en un océano oscuro de datos, de gente que te dice yo me senté, vi, tomé, hablé, levanté a Martín Adán del suelo. Pero el resultado es el mismo: hermético y solitario”.

Los otros tres textos de Titinger tratan sobre: un niño predicador que encandila a multitudes y que es la tabla de salvación económica para su familia, la muerte de camellos en Ica en causas sospechosas con un trasfondo político y la pelea sin reglas entre dos poblados de la sierra sureña avalada por las autoridades locales con consecuencias mortales.

‘Cholos contra el mundo’ es un libro que roza con la peruanidad pero que a la vez se puede entender como un tratado de sentimientos y sensaciones apátridas. No es un libro para peruanos que no entienden a su país, es una entrega que ubica al hombre en situaciones diversas sin un revestimiento gregario, desde el punto de vista de un observador que quiere pasar inadvertido.  

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