viernes, 7 de septiembre de 2012

Cuervo desorientado



Por Raúl Ortiz - Mory
Un asesino en serie mata siguiendo las tramas de los cuentos de Edgar Allan Poe. De esta forma, venera al escritor y sacia su retorcida personalidad. La policía de Baltimore no logra anticiparse a las sorprendentes muertes, quedando en ridículo ante la asustada población. Entonces, el comisario decide recurrir a la única persona que podría descifrar los pasos del escurridizo asesino: el propio escritor. Esta es, a grandes rasgos, la trama de El cuervo: guía para un asesino (2012), cinta de James McTeigue, que ficciona los últimos días del escritor norteamericano.

De por sí, la figura de Poe es un gancho que aglutina a los seguidores del poeta, a los amantes de thrillers, a la expectante crítica  y, en este caso, a las fans de John Cusack – que se pone el traje del escritor. Sin embargo, cuando se toma prestada la vida de un personaje tan complejo para contarnos ‘algo más’, es mejor no hacerlo como lo hace McTeigue: con poco desarrollo del contexto, con una dirección de actores poco menos que dubitativa y un desenlace de moraleja del tipo “el crimen siempre paga”.

Cusack ha dicho que a lo largo de sus tres décadas como actor ha optado por alternar sus actuaciones entre filmes postulantes a blockbusters y realizaciones “serias”, así nivela la parte monetaria con la artística. Siguiendo esa lógica, ¿en dónde se puede encuadrar a El cuervo…? Ninguna de las dos orillas parece la salvación para este náufrago. Por otro lado, su actuación está muy lejana de la esencia de Poe. La primera y la última escena, que muestran a un Poe moribundo en la banca de un parque, más parecen malos remedos de epilepsia que la propia antesala de la muerte. Cusack, que tiene muy buenos registros en otras películas, no está en la piel del personaje. No es lúgubre, atormentado, reflexivo. Intenta, pero no alcanza.        

Pero El cuervo… tampoco es una decepción en todo el sentido del término. Proyecta una atmósfera gótica con un manejo de la fotografía bastante logrado. Se transmite un ambiente colmado de neblina, lluvia, calles empedradas y galopes, que convence (sensaciones puras). Aunque si era Nueva York o Londres o París, pocos se hubiesen dado cuenta. McTeigue arma bien sus espacios pero no sitúa adecuadamente las acciones en un espacio específico, sobre todo si queremos entender el tiempo en que vivió Poe (1809 - 1849).

McTeigue tiene una valla bastante alta después de su exitoso debut con V de Vendetta (2006) – luego, Asesino ninja (2009) fue un ensayo irregular de artes marciales – e intentar superarla y sacarse la chapa de buen inicio parece que lo hace transitar por distintos géneros sin resultados redondos. Quizá acudir al recurso del asesino que se guía de la literatura para matar, haya sido muy utilizado en el cine, pero no por ello tuvo que hacerlo tan forzado.  

El cuervo… está emparentada con La leyenda del jinete sin cabeza (1999) de Tim Burton y Desde el infierno (2001) de los hermanos Hughes, tanto en su propuesta por el misterio como por su rompecabezas detectivesco. Funciona como cinta de entretenimiento y podría ser una opción para jugar a ser lectores de Agatha Christie. Claro, sin llegar a los niveles risibles de Sherlock Holmes 2.

1 comentario:

  1. Que buen film definitivamente la fotografía es un elemento importante y muy bien utilizado, y tratar la vida de un gran escritor de esa forma, fue buena, no increíble, pero buena.

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